"Interamérica cree en sus profetas"
Habacuc se queja de injusticia
1 La profecía que vio el profeta Habacuc.
2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?
3 ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan.
4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.
Los caldeos castigarán a Judá
5 Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.
6 Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas.
7 Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad.
8 Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como águilas que se apresuran a devorar.
9 Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá cautivos como arena.
10 Escarnecerá a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza, y levantará terraplén y la tomará.
11 Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios.
Protesta de Habacuc
12 ¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.
13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,
14 y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne?
15 Sacará a todos con anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas; por lo cual se alegrará y se regocijará.
16 Por esto hará sacrificios a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas engordó su porción, y engrasó su comida.
17 ¿Vaciará por eso su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente?
Capítulo 43 Una experiencia de índole superior
Debemos tener menos confianza en lo que por nosotros mismos podemos hacer, y más en lo que el Señor puede hacer para nosotros y por medio nuestro. La obra en que estáis empeñados no es vuestra; es de Dios. Someted vuestra voluntad y vuestro camino a Dios. No hagáis una sola reserva, ni transijáis con vosotros mismos. Aprended a conocer lo que es ser libre en Cristo.
El oír sermones sábado tras sábado, el leer la Biblia de tapa a tapa, o el explicarla versículo por versículo, no nos beneficiará a nosotros ni a los que nos oigan, a no ser que llevemos las verdades de la Biblia al terreno de nuestra experiencia personal. La inteligencia, la voluntad y los afectos deben someterse al gobierno de la Palabra de Dios. Entonces, mediante la obra del Espíritu Santo, los preceptos de la Palabra vendrán a ser los de la vida.
Cuando pidáis a Dios que os ayude, honrad a vuestro Salvador creyendo que recibís su bendición. Todo poder y toda sabiduría están a nuestra disposición. No tenemos más que pedir.
Andad siempre en la luz de Dios. Meditad día y noche en su carácter. Entonces veréis su belleza y os alegraréis en su bondad. Vuestro corazón brillará con un destello de su amor. Seréis levantados como si os llevaran brazos eternos. Con el poder y la luz que Dios os comunica, podéis comprender, abarcar y realizar más que lo que jamás os pareció posible.
“Estad en mí”
Cristo nos ordena: “Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros si no estuviereis en mí. ... El que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer. ... Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
“Como el Padre me amó, también yo os he amado: estad en mi amor. ...
“No me elegisteis vosotros a mí, mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé.” Juan 15:4-16.
“He aquí yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20.
“Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que la recibe.” Apocalipsis 2:17.
“Al que hubiere vencido, ... le daré la estrella de la mañana,” “y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, ... y mi nombre nuevo.” Vers. 26-28; 3:12.
“Una cosa hago”
Aquel cuya confianza está en Dios podrá decir como dijo Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Filipenses 4:13. Cualesquiera que sean los errores y fracasos de lo pasado, podemos, con la ayuda de Dios, sobreponernos a ellos. Con el apóstol podemos decir:
“Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13, 14.
Te invitamos a continuar con la lectura del día de mañana.
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