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“Interamérica cree en sus profetas” Deutoronomio 9

“Interamérica cree en sus profetas” Deutoronomio 9

“Interamérica cree en sus profetas”

Viernes 9 de Abril de 2021. Hageo 1 (RVR1960)

La Oración. Exhortación a edificar el templo

1 En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo: 2 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. 3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? 5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. 6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. 8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. 9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. 10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. 11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos. 12 Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová. 13 Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. 14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, 15 en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío. Capítulo 1 Dios nos invita a orar Los ángeles toman nota de nuestras oraciones e influyen para nuestro bien Cuando os levantáis por la mañana, ¿sentís vuestra impotencia y vuestra necesidad de fuerza divina? ¿Y dais a conocer humildemente, de todo corazón, vuestras necesidades a vuestro Padre celestial? En tal caso, los ángeles notan vuestras oraciones, y si estas no han salido de labios fingidores, cuando estéis en peligro de pecar inconscientemente y de ejercer una influencia que induciría a otros a hacer el mal, vuestro ángel custodio estará a vuestro lado, para induciros a seguir una conducta mejor, escoger las palabras que habéis de pronunciar, y para influir en vuestras acciones. Si no os consideráis en peligro y si no oráis por ayuda y fortaleza para resistir las tentaciones, os extraviaréis seguramente; vuestro descuido del deber quedará anotado en el libro de Dios en el cielo, y seréis hallados faltos en el día de prueba.—Joyas de los Testimonios 1:347, 348. Como Moisés, podemos disfrutar de una comunión íntima con Dios Esa mano que hizo el mundo, que sostiene las montañas en sus lugares, toma a este hombre del polvo, este hombre de poderosa fe; y, misericordiosa, lo oculta en la hendidura de la peña, mientras la gloria de Dios y toda su benignidad pasan delante de él. ¿Podemos asombrarnos de que “la magnífica gloria” resplandecía en el rostro de Moisés con tanto brillo que la gente no le podía mirar? La impresión de Dios estaba sobre él, haciéndole aparecer como uno de los resplandecientes ángeles del trono. Este incidente, y sobre todo la seguridad de que Dios oiría su oración, y de que la presencia divina lo acompañaría, eran de más valor para Moisés como caudillo que el saber de Egipto, o todo lo que alcanzara en la ciencia militar. Ningún poder, habilidad o saber terrenales pueden reemplazar la inmediata presencia de Dios. En la historia de Moisés podemos ver cuán íntima comunión con Dios puede gozar el hombre. Para el transgresor es algo terrible caer en las manos del Dios viviente. Pero Moisés no tenía miedo de estar a solas con el Autor de aquella ley que había sido pronunciada con tan pavorosa sublimidad desde el monte Sinaí; porque su alma estaba en armonía con la voluntad de su Hacedor. Orar es el acto de abrir el corazón a Dios como a un amigo. El ojo de la fe discernirá a Dios muy cerca, y el suplicante puede obtener preciosa evidencia del amor y del cuidado que Dios manifiesta por él.—Testimonios Selectos 3:384, 385. Oremos con santa audacia “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Presentad esta promesa cuando oráis. Tenemos el privilegio de ir ante Dios con santa osadía. Si le pedimos con sinceridad que haga brillar su luz sobre nosotros, nos oirá y contestará.—Conducción del Niño, 472. Te invitamos a continuar con la lectura del día de mañana.

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